Nacido en Madrid en Febrero de 1976 y con residencia en Daimiel (Ciudad Real), en pleno corazón de La Mancha, Gómez-Cambronero es ingeniero civil pero artista desde que tuvo edad para manejar un pincel. El ambiente familiar y el entorno en el que creció fueron impregnando las peculiaridades de su pintura con matices suficientemente singulares para que su obra sea reconocible. Hoy se perfila como un pintor de gran proyección y con sello propio.
Meticuloso con los espacios, acentuando las perspectivas, creando movimiento, inundando de luces y bañando de sombras, y sobre todo virtuoso en la suerte de la profundidad y de emocionar al espectador, Juan Francisco responde al axioma del realismo pictórico. Sin embargo, no objeta fundir ese estilo con un expresionismo figurativo, incontenible y arrebatado a su acusada personalidad artística. Ese es el poso de su singladura iniciática en la que sus trabajos impactaban por su capacidad de generar preguntas en el observador.
Aquella etapa inicial fue variando por gracia de la madurez y readaptada al paso de su evolucionada excelencia técnica. Hoy no hay desafío que no contemple. De hecho, no los espera, va en su búsqueda. Del costumbrismo manchego al más castizo de los urbanismos; de la fiesta al retraimiento; de la serenidad a la tensión. Su pintura es tan dinámica como la lluvia que precipita sobre la calzada, como el bullir de gentes y autos en una ciudad; pero también se detiene plácida y serena. En el remanso de paz de los niños despreocupados, en la oración de una mezquita, en una carretera perdida...
Gómez-Cambronero consigue el propósito del artista. Tiene vocación de comunicar, se abre, lo plasma y lo logra. El don lo acompaña de una profusa formación y de una personalidad rebelde que reactiva y conjuga sus dos hemisferios cerebrales. El resultado es el gran impacto visual y dinamismo de su obra. He aquí la madurez de un pintor desbocado que ya acumula abundantes premios de carácter nacional e internacional, que ha participado en numerosas exposiciones colectiva se individuales, que ha ilustrado libros, e incluso ha adecentando espacios urbanos merced a sus esculturas con barras de acero o de bronces de corte realista.